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Encuentro para bailar con y para Julio César Payán

PAYAN VIDEO COMPLET BAILANDO CON PAYÁN ESO QUE TU ME DAS   UN BRINDIS POR JULIO CESAR PAYAN














JULIO Y SANDRA MANOS
PAYAN ERAMOS ANGELESAPOLLINAIRE
JULIO, EL APRENDIZ CONSTANTE DE LO INCIERTO
Esperanza Cerón V
26/09/2020

Le conocí de oídas como todos en el pueblo a pocos días de terminar el cole. Empecé a ir sin falta a sus charlas en la casa Valencia, de la mano de ese otro proscrito, Álvaro Pio, más movida por interés en la revolución China que en la medicina. Allí estaba Julio, grande, con voz de micrófono incorporado, quien, con pedagogía de elefante, nos hablaba de la medicina tradicional china. Para entonces era el presidente de la Asociación Colombo China, o colombochimba, como la llamaba él.

Los 5 elementos giraban en su palabra como norias al viento, pero lo que me enganchó desde entonces detrás de su experiencia, fue su comparación de la verdad como la imagen estática de una mancha sobre un blanco mantel en una mesa al pie de una ventana, imborrable al parecer, aceptada como tal, hasta el día en que a alguien se le ocurría limpiar el vidrio que la proyectaba desde fuera. Julio fue limpiando los vidrios de muchas verdades cartesianas, para dejarnos un mantel salpicado de algunas certezas acompañadas de sus respectivas incertidumbres.

Su mano recia y sanadora nos invitó a investigar, estudiar, pensar, dudar, confiar. Cada consulta era una larga conversación donde el tiempo parecía detenerse; el dialogo brotaba desde los dolores de las personas, atravesando la vida y sus conjuntos. Los porqués suspendidos entre el verbo con pronombres personales, singulares… tu amigdalitis tan tuya; la gastritis tan de él…y, así, la singularidad

Julio, el que hurgó en todas las raíces; todo pasó por los Robles: el chamán, el brujo, la médium, el ufólogo, la rosacruz, el mamo, los sadhus, el asceta, la yerbatera, el gurú, la partera, el iridólogo, el biomagnetismo, la homeópata, el radiestesista, el acupuntor. Todas las escuelas, todos los sabores, todos los olores que quieren curar los cuerpos y las almas.

Julio, el que germinó entre todas las raíces cargado de interrogantes y decidió lanzarse al vacío. Ese Julio, necesitó encerrarse a decantar saberes… “esta es una medicina de puertas para adentro” decía entre dudoso y dolorido, sabiendo como solo el sabía que la terapia neural lo estaba esperando afuera, donde se cuece la política, el aire, el agua, la vida de las gentes.

Muchos de sus antiguos colegas fueron judas vendiéndole gratis a los oficiantes de la ciencia. No necesitaron 30 monedas. El miedo a las hordas que acudían a ese saber desconocido en la persona de un desobediente, un hombre que pregonaba justicia, igualdad, solidaridad. Un hombre de izquierda ejerciendo brujería, nada sin duda podría ser más peligroso. ¡¡Quién diría que ese premio nacional de medicina caería tan bajo!!

Así cocinó su caldo neuralterapéutico; se fue despojando del oxígeno, del ozono, del dermatrón, de la kirlian; no por que los depreciara sino porque quería probar si era posible entrar por el agujero negro y salir del otro lado, solo para probarse a sí mismo en la simplicidad del encuentro con el impulso mas complejo.

Nunca como entonces habló tanto de la libertad. No quería depender del aparato, si el aparato decide, ¿dónde queda la desobediencia vital? ¿el cuerpo encontró su propio orden en el ozono o en el impulso interior? ¿Cómo llegar a lo elemental? ¿Menos es más o hay que abrir la regadera de muchas aguas?

Pongo al tiempo, ozono, oxigeno, enemas, agujas determinadas por el dermatrón…¿Y si el dermatrón está influido por los cambios de la corriente eléctrica del consultorio? Y , si el organismo entero en su ruido, como le llamaba por entonces al caos toma sus propias decisiones?. Y llegaron pacientes pidiendo el aparato… y volvió a pensar en la libertad…la del médico y la del paciente.

Pero Julio en efecto era desde hacía mucho un hombre comprometido con la justicia, con las luchas campesinas, indígenas, populares. Hizo suyo su dolor, sus causas, sus sinsabores y apoyó responsablemente lo que pudo en libertad. Mi encuentro con Julio, además de calidad de paciente aprendiente fue en el escenario de los movimientos sociales, allí se cocinó una amistad a toda prueba. Julio sabía que la salud es política, es derecho, en un bien común. Julio fue fraternidad siempre.

Y llegó el terremoto y con un grupo de amigos nos volcamos a los asentamientos, donde impulsamos rápidamente comités de salud con organizaciones de mujeres. Con las mujeres del barrio Colombia segunda etapa fundamos el Centro de Salud La Nueva Esperanza, impulsando múltiples acciones de atención primaria de la salud. El trabajo nos desbordaba y es allí donde surge la opción de práctica de los médicos que pasaban por el consultorio… Y floreció el trabajo de salud comunitaria, florecieron las organizaciones de mujeres, y llego el ecologismo, la física cuántica, la investigación acción participante, el feminismo, y Julio, el ser humano capaz de toda síntesis, de toda sinergia, de toda complejidad, hizo lo que parecía imposible, cocinar a fuego lento ese sancocho en un solo plato, adentrándonos en la dimensión exacta de su vida anchurosa.

Y llegó el dolor, el secuestro de Julio, la ignominia sobre la libertad de un pájaro imposible de atrapar; y el ave, acostumbrada a lanzarse al vacío, pulió sus alas entre el dolor y dialogo con el sol y la soledad.

Julio será para mí como un padre y como la luz de esas estrellas que aun brillan en el cielo nocturno, aunque su masa esté ya disuelta en el infinito.

El aquí y el ahora; el según y el depende
Nunca vencido por el desaliento, aunque llegara el desaliento
Su paso inelegante se hizo extraordinario, largo, luminoso
Los credos incuestionables retrocedieron solos
ante su ensayo cotidiano de la vida
Nunca desierto, siempre oasis
El silencio no fue nunca su pecado
La hierba y la galaxia le merecieron idéntica valía
Sus cenizas ¿dónde están?
Sus átomos disueltos
quizá los respiramos hace tiempo
Del vacío te pasaste al todo
De la nada al infinito
De la física a la metafísica
La determinística flecha que aterriza en la muerte
ha caído en la diana de la incertidumbre
Nos queda la tarea y quién sabe…
Gracias, maestro antimaestro

ACROSTICO LUIS FERNANDO
OBITUARIO PAYAN ESPERANZA
PAYAN ASOC JCP
AMTN ESCRIT PER PAYAN
PAYAN IATN.