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ALERGIA_PROCAINAAlergia a la procaínaGBMOIM
Francesc Colell Mitjans
Traumatólogo y Cirujano Ortopeda
Grup Barcelona de Medicina Ortopèdica i Manual


Paciente, sexo masculino de 18 años de edad que acude a consulta por una lumbalgia de unos meses de evolución, actualmente más molesta y que no ha respondido a los tratamientos protocolarios actuales para este tipo de dolencias. Las exploraciones y pruebas complementarias no aportan ningún dato específico para considerar una causa-efecto.

De la anamnesis y la exploración física sólo destaca la hiper-tonicidad muscular del hemicuerpo derecho respecto al izquierdo y la hiper-sensibilidad al pinzado-rodado de una cicatriz quirúrgica correspondiente a la intervención quirúrgica de una hernia inguinal derecha practicada cuando tenía 8 años. El paciente dice que al explorarla le reproduce en parte el dolor que siente.  Así mismo se comprueba la sensibilidad a la presión de los segmentos vertebrales en T6 y en T12 derechos.

Se propone tratamiento manual de las charnelas vertebrales con manipulación e inyección de procaína en la cicatriz quirúrgica hiper-álgica. Obtenido el consentimiento se procede a la terapia manual y neural.

Se obtiene una mejoría inmediata respecto a la molestia y el dolor lumbar.

A las 48 horas, se recibe un email de la madre del paciente en tono de indignación por la reacción alérgica sufrida por su hijo a consecuencia de la infiltración de procaína en la cicatriz de la operación de la hernia inguinal en el lado derecho.

ALERGIA_PROCAINAAdjunta la fotografía de dicha reacción y el tratamiento antihistamínico (local y per os) que se le ha prescrito en un servicio de urgencias al que acudió debido al prurito que sentía en esa zona del cuerpo, argumentando que seguramente esa reacción se debía a la inyección de procaína. Cuestión que no constaba en el escrito del parte de urgencias.

La queja se justificaba al habérsele asegurado durante el consentimiento al tratamiento neural que era rarísimo que la procaína provocara patologías de estirpe alergógena.

Se contesta que realmente es así, que la procaína, desde un punto de vista farmacológico, difícilmente podía haber provocado esta situación a las 48 horas de haberse inyectado.

Se aconseja visita con dermatólogo para que valore el eritema y su orientación diagnóstica clínica descarta una reacción de tipo alérgico y orienta hacia una alteración dermatológica de la zona de tipo químico. Después de interrogar de nuevo al paciente, éste relata que al encontrarse bien había decidido acudir a la playa con unas amigas y amigos y que antes de salir había usado un spray desodorante-perfumado. Luego, estuvo un par de horas tumbado sobre el costado izquierdo exponiendo el costado derecho al sol. La conclusión clínica final del dermatólogo ante esta información, fue definitiva, confirmando una reacción dérmica a los elementos químicos del desodorante y la exposición solar.

La patología dolorosa y molesta en la zona lumbar una vez solucionado este episodio dermatológico permanecía silente y sin manifestaciones clínicas, ni en charnelas vertebrales ni a la exploración manual de la cicatriz tratada.

COMENTARIO
Resulta imprescindible mantener el contacto con el paciente, más cuando aparecen dificultades o problemas que supuestamente pueden estar relacionadas con nuestro proceder profesional.
La habitual banalidad y ligereza con la que se emiten juicios diagnósticos de todo tipo, posiblemente a causa de la presión asistencial, en este caso en un servicio de urgencias, pueden acarrear situaciones incómodas cuando no muy engorrosas.
Social y políticamente se ha insistido en infantilizar al paciente y evitar que sea él quién se responsabilice de su proceso de enfermedad. Cuando las cosas van mal, aparece la crítica (a veces agresiva) y en ese momento el profesional se ve obligado a asumir las consecuencias del descontento.

CONCLUSIÓN
Se relata este caso concreto para liberar a la procaína de un efecto alérgico de la que evidentemente no era responsable en absoluto, pero que dadas las circunstancias sociales al uso podría muy bien ser etiquetada como tal.
La experiencia clínica muestra que (bastantes, demasiados) casos etiquetados como reacciones alérgicas a determinados productos, no lo son como tales.  
No estaría de más el poder disponer de test clínicos efectivos (los de laboratorio son relativamente fiables) para discernir si a un determinado paciente se le puede aplicar el uso de la procaína, sin riesgos añadidos.
La instilación de una gota de procaína al 1% en la conjuntiva ocular o la aplicación en pápula en la cara anterior del antebrazo parecen unos métodos bastante fiables,  pero no nos ofrecen seguridad absoluta.