Introducción

La mastopatía fibroquística es la enfermedad más frecuente de la glándula mamaria, propia de la tercera y cuarta décadas de la vida. Se le han dado otros nombres: adenoma de Schimmelbusch, mastitis quística crónica, enfermedad quística densa, mastopatía benigna. La Organización Mundial de la Salud decidió denominarle displasia mamaria, con un significado más amplio, que incluye lesiones benignas y potencialmente malignas. La frecuencia más alta está entre 35 y 49 años y una incidencia de 87% en 2017 pacientes (Zarnoza, 1991)(1). Se concluye que 50% de mujeres en edad reproductiva tiene mastopatía fibroquística en forma clínica y en el 90% hay cambios histopatológicos. Se sugiere que un exceso de estrogénos puede ser responsable de la enfermedad; la predominancia estrogénica sobre la progesterona, se considera otra causa en el desarrollo. El diagnóstico es fundamentalmente clínico, auxiliado de ser necesario por los métodos paraclínicos como mastografía, ultrasonido, aspiración de los quistes, etc. El tratamiento de la mastopatía fibroquística está encaminado a frenar el efecto estrogénico, la progresión de los fenómenos proliferativos y revertir los cambios. El tratamiento se individualiza de acuerdo a la respuesta en cada paciente; se le recomendará una dieta baja en metilxantinas (café, chocolate, té negro, refrescos de cola, nueces) y baja en grasas de origen animal y puede recurrirse a una dieta hiposódica. Otros tratamientos son los antiinflamatorios no esteroideos, agonistas dopaminérgicos, progestágenos, antiestrógenos, anticonceptivos orales, antagonistas de hormonas liberadoras hipotalámicas, peloidoterapia.
Como se aclara anteriormente existen teorías que tratan de explicar el origen de la displasia mamaria.
Numerosos son los tratamientos que buscan una mejoría de las manifestaciones clínicas de esta afección  que van desde las molestias pre menstrual en las mamas  hasta la sensación de peso, intensos dolores espontáneos y al tacto, acompañado de la multinodularidad  o masa homogénea que frecuentemente se localiza en los cuadrantes superiores.(1)
La Terapia Neural tiene su base comprobada por numerosos trabajos de la medicina rusa(escuela de fisiología- discípulos del premio Nobel Prof. Pavlov) y alemana (Dres. Ferdinad Huneke y Walter Huneke) de principios y mediados del siglo XX de que el sistema regulador de la vida, de todos los procesos que permiten que la persona o el animal viva y sobreviva a las agresiones del medio sin enfermarse es el sistema nervioso. El sistema nervioso no está constituido por unidades  tipo línea telefónica  con un inicio y un fin, sino por el contrario, se trata de una extensa red absolutamente interactiva de tal modo que un hecho que ocurre en cualquier punto de ella rápidamente tendrá manifestaciones en el resto de la red. A su vez el sistema nervioso está íntimamente relacionado   con el sistema hormonal a través del hipotálamo y con cada una de las células del organismo a través del medio interno o sistema basal de Pishinger.(2)
La salud se debe al estado de equilibrio del sistema nervioso en su conjunto con el sistema hormonal y el sistema basal y la enfermedad a la susceptibilidad  del sistema nervioso por pérdida de ese equilibrio a los agentes internos o externos en un determinado momento. Esa alteración permitiría que las bacterias, virus etc puedan reproducirse, que las sustancias tóxicas no sean bloqueadas ni eliminadas, que las heridas o úlceras no cicatricen, que los mecanismos que regulan la reproducción celular se descontrolen dando lugar a las diferentes enfermedades oncológicas o que los sistemas que necesitan un equilibrio propio lo pierdan.(2)
Nos llamó la atención los cambios que se presentaban en las manifestaciones de la enfermedad fibroquística de las mamas al aplicar la terapia neural para tratar otras afecciones  y decidimos realizar esta investigación con el objetivo de mostrar estos cambios y la posibilidad de proponer una nueva forma de tratamiento a las manifestaciones clínicas de  tan frecuente enfermedad.